Los motores de los vehículos están hechos para tener una larga vida útil, pero eso no los hace indestructibles. Dependiendo de los cuidados que reciba, el desgaste por el uso y el pasar del tiempo, hacen que en algún momento se tenga que llevar el coche a una revisión y a renovar lo que se encuentre deteriorado.
Es importante saber cómo detectar los fallos del motor para evitar que se hagan mayores o pensar qué se trata de otra cosa y no darle la prioridad que se le debe, algunos de los síntomas son:
Luces de advertencia: cuando surgen desperfectos el vehículo advierte por medio de una señal luminosa en el cuadro de mandos. En ocasiones las averías no generan ruidos u otras señales y solo se detecta por los sensores que se encargan de monitorear el coche y que activan el ícono en el panel. Uno de los testigos principales es el del aceite, ya que si el nivel del lubricante se ha quedado por debajo de lo mínimo podría fundir la máquina.
Mal funcionamiento: el vehículo debe tener un desplazamiento suave, sin vacilaciones ni movimientos bruscos, debido a que sería una señal de que algo está comenzando a dar problemas. Loa fallos podrían ir desde mangueras y filtros obstruidos hasta bujías desgastadas, estos y otros suelen captarse durante el mantenimiento preventivo.
Olores fuera de lo habitual: al conducir pueden llegar a percibirse olores que indiscutiblemente no provienen de la calle, con frecuencia suele ser como goma quemada, a gas o lubricante, etc. Cuando se detecta este tipo de olores lo más recomendable es revisarlo y si no se consigue la razón llevarlo al taller para un diagnóstico profundo y detectar cuál es la avería.
Golpeteos, vibraciones y explosiones: este tipo de comportamientos generalmente son fallos creciendo en el motor. Que algo explote podría provenir de los cilindro, en el momento en que se enciende el combustible antes de lo debido; con ello es posible que se dañen los pistones e incluso podrían romper el bloque. Los golpeteos suelen ser desperfectos en la afinación del motor y las vibraciones por inconvenientes en la transmisión.
Humo: una de las señales de que el motor empieza a dar fallos es cuando quema el aceite, generando así un humo blanquecino. Si la máquina está por morir el humo será negro, indicando así que el lubricante está pasando por completo.
Aunque un motor averiado es factible, la mayoría suele preferir reemplazarlo para evitar se presenten otras averías al poco tiempo. Hay empresas especializadas en la venta de motores de segunda mano donde es posible conseguir calidad y garantía; para evitar perder tiempo buscando el lugar indicado puede ir a esta web, que es una central de desguaces la cual reúne diversas compañías de prestigio y verificadas.
Published by